jueves, 30 de agosto de 2007

De lo frágil que se hace el hilo de la vida a veces.

Si, lo reconozco, hace muchos días que no escribo nada, pero es que entre la saturación de trabajo, y mis intentos por estudiar en los ratos que puedo me lo han hecho un poco difícil. Además, esta noche escribo para comentar un suceso que me ha ocurrido hace tan sólo una hora y media:


Estábamos en la recepción con I, mi querida enfermera, a la que es la última noche que veré, ya que es mi última noche en la recepción (se me acaba el contrato). Charlando tranquilamete, como todas las noches que me toca con ella. Por suerte, como no vienen muchas urgencias, e I. no duerme, pues si no hay curro en los boxes se queda conmigo... hasta que de pronto ha llegado una ambulancia con las luces de sirena encendidas. En ese momento nos hemos sorprendido. Al preguntarles a los de la ambulancia nos comentan que la señora viene de domicilio con una insuficiencia cardiaca. Pasa en silla de ruedas y consciente a los boxes. I. pasa con ella y yo me quedo en mi puesto, tomandole los datos al hijo...


Escucho unos pasos que se acercan a la carrera a la recepción. Es C. la médico de guardia, con gesto grave.


- ¡E., vente corriendo por favor...!


Ya me imaginé lo que era, y no me equivoqué. Entró en parada, y sól estaban en urgecias I., C., y un servidor. Había que desvestirla, y la pobre señora tuvo la genial idea de ponerse una faja, se ahogaba, le costaba, saturación muy baja, pulso bajo, cada vez se ahogaba más...


En un acto reflejo, I. le pegó un tirón y la faja salió, pero como llevaba el jersey puesto, se le quedó enganchado y no salía del todo... pegamos un tirón, creo que le rompimos el jersey, pero salió...


M., la de la limpieza, al verme salir corriendo tuvo el acto reflejo de salir corriendo detrás de mi. Por suerte, ya que mientras le poniamos el electro llamó a una de las plantas para que bajara un enfermero de refuerzo, porque I., no podía con todo lo que se necesitaba y yo, por desgracia, no tengo conocimientos para poder ser más efectivo ante lo que se nos venía encima...

Bajaron enfermeras, auxiliares de las plantas...al final se juntaron más de ocho personas intentando que se estabilizara. De pronto, miro a la paciente, y veo que pone los ojos en blanco...

Por suerte apareció el intensivista, que tomó las riendas de la parada y consiguió traerla de vuelta, aunque no del todo, pero por lo menos la pudo estabilizar y llevarla a UCI. Enfermeras sudando, I. que se abraza a otra enfermera, agotada por las carreras que se dieron, C. jadeando, MJ. que me mira y me dice que nos salgamos a fumar un pitillo a la entrada. Se vaciaron los boxes, todos fuera.

Qué frágil es esa delgada línea que en algunos momentos separa la vida de la muerte, y qué difícil se hace trabajar en una clínica privada cuando ves que los medios y la infraestructura no son los más apropiados. Como ha sido mi última noche trabajando en la clínica (al menos de momento), estas líneas se las dedico a las enfermeras, auxiliares y celadores que han estado en estos dos meses compartiendo turno con este humilde servidor. Han sido dos meses maravillosos, en los que he conocido a grandes personas y, a pesar del horario, me he ido con mucha pena. Sobre todo a I. con la que he tenido unas fantásticas charlas, a MV. que siempre conseguía cena, y que siempre me dejaba escaquearme una horilla cuando tenía que irme a currar al otro lado. A M. que también me permitía esos escaqueos para dormir, y con la que me he reído un montón, a los celatas, que siempre me ayudaban... y lo difícil que se hace nombrarlos a todos cuando ha existido tan buen rollo en todo el servicio...

No podía pasar este día sin que tuviera por lo menos es te pequeño homenaje.

jueves, 23 de agosto de 2007

Y de qué puedo hablar yo ahora?

Pues... esto... ¡y yo que se!. No puede ser, estoy todos los días con la misma cantinela, hasta arriba de trabajo y sin parar. Casi sin tiempo para estudiar y con ganas de que se acabe el mes para cobrar...jijiji! como estoy tan saturado de trabajo, lo que voy a hacer es contar las anécdotas que me han pasado a lo largo de este verano (todas, o casi todas en el trabajo).

- Un señor, que afirmaba ser homosexual (bueno, el dijo que era maricón), me llamó "Manolito", y me dijo que le diera un besito en los morros. Ante mi negativa, me dijo que me iba a dejar por un moro porque la tenían más grande. No pude evitar reirme. Le tuvimos que poner contenciones psiquiátricas, porque estuve a punto de ser agredido por despecho. (Qué cosas pasan)

- Urgencias. En uno de los boxes cerrados había una paciente psiquiátrica, que me abordó en el pasillo y me dijo que ella se tenía que ir porque en la comunidad de Madrid a los niños que tenían tutelados los maltrataban, y que ella no lo podía consentir, y que iba a hablar con el mismisimo Joaquín Leguina para solucionar esto.(estamos en el año 2007, Leguina?), le dije que se esperara un momento, que iba a llamar a un policía. A los quince minutos, un fuerte olor a tabaco llena el pasillo. La mujer estaba fumando en la cama. No me lo podía creer. Al hacerle el registro la enfermera, sacó una bolsa con seis paquetes de tabaco. Hubo que ponerle contención al final. A las dos de la tarde, sin saber cómo, sacó un paquete de tabaco de vete tu a saber dónde, y se puso a fumar. Lo que aún no entiendo es cómo narices se zafó de las contenciones.

- Son pocas las anécdotas que se puedan mencionar aquí, pero la mejor de todas sin duda, es la siguiente. Alguien la considerará un poco gore, pero fue así. Un día Viernes, me llaman para bajar a un señor de la planta a una ambulancia que le iba a llevar a su domicilio. Subo a planta, y me encuentro con un señor sentado en un sofá, ya vestido, esperándome. Le saludo y le digo que me lo voy a llevar. Aparece una auxiliar, me ofrece su ayuda, la acepto. Le propongo levantar al paciente en bandeja.(Levantar a una persona en bandeja, una persona agarra de las pirnas por detrás de las rodillas, y otro le coge de los brazos y el tórax, dejando la espalda del paciente frente a su pecho, o lo que es lo mismo, agarrándole desde atrás. Voy a tirar, y... ¡no encontraba las piernas!. La auxiliar se tronchaba de risa (la cabrona). Tras pedirle perdón al hombre, le paso a la silla, y nos vamos a la planta baja.

Pero ahí no acaba la historia.

En la planta baja, llena de ambulancias, estaban esperando varios conductores. Como hacía calor, el hombre bajo con las piernas descubiertas (aunque no se le veía nada,me refiero a los muñones). Tras esperara más de cinco minutos a que a alguno de los perros de las ambulancias les diera por moverse, se me acerca uno, con mala cara, y mira al hombre con desdén.
- ¿ A dónde va usted caballero?
- voy a XXXXXX.
- Está bien, se va a venir conmigo
Abre la puerta, y prepara el asiento de la ambulancia. En este momento el tío casi ni miraba al paciente. Se acerca y le pregunta, en tono totalmente chulesco:
- ¿ Usted puede apoyar?Me refiero, a que si pisa usted en el suelo, o si se mantiene de pie.
El hombre se quedó en silencio. El nieto, que lo acompañaba, creo que no sabía si meterle una ostia por capullo o por chulo, pero se estaba encabronando. Y yo, en solidaridad con el paciente, contesté:
- Si, pero si lo prefieres que de un salto y se suba a la ambulancia.
- Pero cómo se va a subir de un salto a la ambulancia!
- Pues de la misma forma que quieres tu que se quede de pie apoyado en el suelo, no te jode!
- Pues se tiene que subir en la ambulancia.
- ¿Le has visto las piernas?
El tipo palideció cuando vió que faltaban los dos miembros...

Ya sé que muy graciosos no son si lo cuentas, pero en algunos casos, al verlo...

A ver si ahora tengo alguna inspiración (un dia de estos)

jueves, 16 de agosto de 2007

La rutina es lo que tiene...

Hoy escribo desde casa ¡por fin!, esta noche y la de mañana dormiré en mi cama, y en horas nocturnas, que son las horas en las que se debe dormir. Es por eso por lo que supongo que tengo más sueño del que normalmente tengo, a pesar de haber pasado una tarde completa echado en el sofá, durmiendo profundamente durante mucho rato, y el resto dormitando.

El problema hoy es que... ¡no se me ocurre qué escribir!, me imagino que será por la falta de sueño, o por mi exceso de curro, pero es que no hay muchas cosas que me vengan a la cabeza para contar. Y luego resulta que estoy en el trabajo, o voy en el coche, y me vienen cosas en las que pensar; cosas de las que hablar aquí... o lo que sea.

Bueno... por lo menos, ya me quedan solamente siete noches para acabar con este marrón, que económicamente es fantástico por un lado, pero que físicamente ya me está haciendo mella. A las pruebas me remito.

Martes, nueve de la mañana. Abúlico trabajando en su segundo empleo veraniego. Mientras moviliza a un enfermo, la auxiliar pregunta:
- ¿Y que tal lo llevas aquí?
- Lo llevo bien, aunque estoy un poco cansado.
- Pero bueno, no son tantas horas.
- Por las noches trabajo en otro lado.
- ¿ si?, ¡no me digas! ¡Qué barbaridad chico! Pero tienes hijos,no?
- ¿Hijos, yo?¡pero si tengo veintitrés años solamente!
- Aps, yo creía que eras más mayor.
- ¿Pero tan mayor me veo?

La auxiliar se empezó a sentir un poco incómoda.
- eeeeeh...
- Sin miedo, que a mi esas cosas me dan igual.
- Pues hombre, parece que tuvieras unos treinta o así.
- Es este uniforme, que me hace muy mal tipo.

Aunque bueno, al día siguiente recibí una más agradable. Misma unidad, día Miércoles. La señora de la limpieza me ve a primera hora de la mañana.
- ¿A que esta noche has dormido en casa?
- Pues si ¿cómo lo sabes?
- Se te nota en la cara. Has dormido... y además bastante. Te ha cambiado la cara en comparación a cómo estabas ayer.

Bueno... al menos un poco de consuelo. Quien no se consuela es porque no quiere. A ver si un día le planto valor y pongo una foto. Para que valoréis...

Jejejeje! Siempre haciendo publicidad.

Desde la nocturnidad, con cariño.

Hoy es mi enésima noche como trabajador nocturno. Esta noche es además, especial. En este momento soy el UNICO empleado de la clínica que debe estar despierto. Hay muy poquito curro, así que todos se han ido a acostar. Además es festivo, así que aqui no vendrá ni el tato... bueno, quizá venga alguno, a las seis de la mañana, a que le vea el médico para no ir a trabajar mañana. Mi única compañera ahora mismo, la radio de mi móvil, suena sin que le haga mucho caso. Los deportes de la cope en verano son un rollo.
Es por eso, y por la inminente llegada de los exámenes, que me he traido los apuntes. Esta noche toca derecho constitucional. No es que sea un temario excesivo, pero es que la noche está hecha para dormir, y por sa misma premisa, mis ojos, después de mucho leer, empiezan a caer.
En estos momentos, ante la maraña de apuntes, vienen a mi mente los recuerdos de aquellos años infantiles, en los que la docencia era simple, en aquellos años de las tierras australes, en las que el uniforme era americana y corbata, la camisa blanca, que debía estar siempre inmaculada (imposible para un niño de siete años), de lo contrario te quedabas castigado hasta las ocho de la noche.
A pesar de esas cosas, nunca olvidaré aquellos años, que eran divertidos por los juegos, entretenidos en las asignaturaas, y gratificantes para el conocimiento. No como ahora, que hay que sacar el tiempo de la managa para estudiar cosas que, en algunos casos, no encuentras la utilidad que pueden tener para tu desarrollo en el futuro profesional.
Pasando a otros temas, ayer, por fin, salí a dar una vuelta. S. tenía muchas ganas de verme, según dijo ella, y bueno, si alguien tiene ganas de verme, no seré yo quien le de una desilusión. Pasamos un rato muy agradable, con unas amigas suyas, y luego nos fuimos a dar una vuelta los dos solos...Después, puede conmigo, como siempre. A veces me da un poco de miedo todo esto... Por la edad, por mi falta de tiempo, porque no quiero nada más, ni comerme la cabeza, porque creo que ya no valgo para novio...
¿Por qué me comeré tanto la cabeza para ciertas cosas?

sábado, 4 de agosto de 2007

LOS FINES DE SEMANA...

Viernes noche. Sigo aquí en la recepción encerrado, esperando a que lleguen las ocho de la mañana para marcharme al hospital a continuar currando. La noche está algo movidita pero se puede llevar. Se me está haciendo el verano agotador, a pesar de que al ver mi cuenta corriente este mes por lo menos me he llevado una alegría (aunque no pienso decir la cantidad).

El coche al final me lo arreglaron, resulta que tenía las pastillas de freno muy desgastadas, y el roce hacía un ruido infernal. Así que, por lo menos, ya no tengo que comprarme otro coche, aunque estuve a punto de hacerlo.

A partir de este tema, y como mi vida ultimamente es tan aburrida que no se que contar, os voy a contar mi intención (rapidamente frustrada), de cambiar de coche.

Primero llamé a la financiera que me prestó el dinero para comprarlo, para saber si podía vender antes el coche para liquidar la deuda que tenía con ellos. Mi gozo en un pozo. Resula que el vehículo tiene un "control de dominio", lo que significa que si yo quiero vender el coche tengo que pagar primero la deuda que tengo con el banco.

En segundo lugar llamé al concesionario que me lo vendió. Pregunté por el tipo que me lo vendió, primero para cagarme en su padre, y después para ver si me ofrecía un coche mejor, y como podría hacerse algún chanchullo para cambiarlo sin que tuviera muchas perdidas. Otra vez al pozo. El vendedor se había ido del negocio, y me atendió un señor mayor, al que le expliqué mi caso, y que me mandó a otro concesionario de la marca ¡ En la otra punta de Madrid!. A pesar de todo, no me resigné, asi que fui al taller, recogí a mi chiquitín, pagué lo que me costó el arreglo y me fui a lavarle, puesto que tenían que tasarmelo. Lavé, encere, aspiré... quedó muy chuli.

Me fui a comer a casa, y después me marchá a que me lo tasaran. Llegué, me lo miraron, y me ofrecían por el ¡4.500 euros! ¡pero si a mi hace un año me costó el doble!, así que, cordialmente, pero enfadado, me fui de allí con mi chiquitín, y les dejé con las ganas de hacer el negocio.

Así que al final llegué a casa de vuelta con mi cochecillo, le volví a aparcar donde siempre, y al final he decidido quedarme con el hasta que termine de pagarle.

Bueno, y cambiando de tema, hace un momento me ha pasado un suceso sorprendente, si no más bien extraño. Me ha llegado a la recepción una pareja joven, no pasarían de los veintidos años (sobre todo el chico, que parecía más joven que la muchacha). Tengo que decir que dentro de la recepción estábamos yo, el médico de mdicina interna y la chica de la limpieza.


-¿Que les ocurre?


-Veníamos a que me viera un ginecólogo


-Lo siento, pero es que en esta clínica no hay ginecólogo de guardia, solamente medicina interna y traumatología


-¿Y no me podrían ver aquí?


-¿Qué es lo que le ocurre?


-Pues...


La muchacha no parecía cortada, pero le costaba expresarse, así que decidí ayudarla.


-¿Viene por la píldora?


-mmm...si.


-Aquí no se las podemos dar, aunque si quiere le facilito la dirección de un centro que está de guardia los fines de semana.


-Pues...si me hace el favor...


El novio no hablaba nada, aunque no tenía muestras de estar nervioso. Les escribí la dirección en un papel, con el número de teléfono y las estaciones de metro más cercanas. Se lo di.


-Gracias.


-De todas formas, ¿hace cuánto que ha sido el percance?- intentaba que la pregunta pareciera lo más técnica posible.


-Ayer por la noche.


-Le recuerdo que son setenta y dos horas, pero si están inseguros, llamen a su sociedad y que les digan si tienen algún centro de guardia a estasa horas.


-De acuerdo, gracias.


-Que no sea nada.





Ese "que no sea nada", produjo la carcajada del médico que, al igual que yo, no daba crédito a lo que había presenciado. ¿En qué cabeza cabe que, si has estado la noche anterior dandole al tema y se te rompe el condón, vienes a que te lo miren al día siguiente a las tres de la mañana?

-Qué ingenuos sois -sentenció la chica de la limpieza- estos han venido ahora porque han estado anoche dándole, y han estado esta noche también igual, que han aprovechado la situación y vienen ahora a que les manden la pastilla. Además esta chica sale en la tele.





El médico corroboró,





-Pues fijate que ahora que lo dices tienes razón, a mí también me parece que es una que sale en ese programa que...





Y yo por supuesto, ni idea.





Hay que ver las cosas que pasan.