viernes, 21 de enero de 2011

Años 70...

Me hubiera encantado tener la edad que tengo ahora en los 70, si, es así... y que? me hubiera encantado llevar el pelo largo, llevar pantalones de campana, trajes entallados a la cintura... sobre todo lo de los pantalones de campana me hubiera encantado llevarlo... y hoy, viendo "cuentame" han puesto una canción de Peter Frampton, uno de los músicos favoritos de mi madre, y al cual durante toda mi infancia escuché por la radio. La canción que más recuerdo, y que aunque yo en mi mocedad no sabía ni papa de inglés, es esta, siempre me gustó, y aún ahora me sigue gustando. Os la dedico, que la disfrutéis.












martes, 18 de enero de 2011

London calling...
















Pues sí, al final este fin de semana cumplí mi objetivo de visitar Londres. Un fin de semana humedo, aunque por suerte no llovió mucho, y para ser un mes de Enero la verdad es que no hizo mucho frío. He caminado una barbaridad por sus calles y avenidas, he visto Hyde Park, el palacio de Buckingham, los buses de dos pisos, sus taxis de color negro, su metro (la verdad que muy viejo...), sus pubs, Picadilly circus, Trafalgar Square, el Tower Bridge... en definitiva, creo que todo. Aunque lo que me faltó fue campden town, pero en otra ocasión será.


Sinceramente, era un viaje que me apetecía muchísimo. ¿ Cual será mi siguiente objetivo ahora? ¿París? ¿Berlín? ¿Roma? no lo tengo claro aún...

domingo, 2 de enero de 2011

Contracorriente.

Como el salmón, parafraseando a Calamaro. Pero no en la forma divertida o festiva de la expresión. No pienso hablar nada acerca de propósitos, de buenos deseos y de hipocresías varias que se dicen en estas fechas. Terminó 2010, comienza 2011. Ya está; ni más, ni menos, aunque más bien menos que más.

2011 No puede ser (imposible) un año feliz. Será un año difícil, más aún cuando se vive en un país plagado de cretinos, donde todo se manipula, donde todo se prohíbe, incluso trabajar, donde cada dia se nos somete más a un sistema cada vez más totalitario; donde se está aplicando en mayor profundidad el modelo de Orwell.

Un gran amigo mío, sorprendentemente me soltó una verdad que me dolió en ese instante como una patada en la entrepierna: "somos una generación perdida", me dijo. En ese preciso momento sentí como una gran parte de mi espíritu moría. A los quince días de esa afirmación me comunicaron que no querían contar conmigo en el trabajo. Las palabras juiciosas de mi amigo volvieron a sonar en mi memoria en ese instante, y a medida que ha ido avanzando el año, me han vuelto a la memoria una infinidad de veces. No me he sentido capaz de repetirlas; creo que si salen de mi boca acabaré matando todo mi espíritu, aunque realmente le de toda la razón. Me parece penoso ver y sentir las cosas así, pero por desgracia es la vida que me ha tocado vivir, y aunque quiera cambiarlo, no hay alternativas ni medios a mano para poder hacerlo.

Es por eso que ni pido, ni deseo, ni me propongo nada; quizá lo unico que pido es que la gente empiece a pensar con coherencia, a no seguir aborregadamente las decisiones del poder establecido, pues esto es más serio que decidir si te gusta un equipo deportivo o no. Pero no es mi misión decir lo que la gente tiene que hacer. Es solo como me gustaría que el mundo fuera. Y eso, queridos míos, después de lo que he visto es sencillamente imposible.

Así que mejor me callo la boca y sonrío, como hace el resto de la gente, y así contribuyo al sometimiento ciudadano.

Feliz falsedad e hipocresía que vienen.